La Luz al Final del Tunel
"En algun momento hay que decidirse; los muros no mantienen a los demas fuera sino a ti dentro, la vida es un caos, somos asi. Puedes pasarte la vida levantando muros, o puedes vivirla saltandolos. Aunque hay algunos muros demasiado peligrosos para cruzarlos y lo unico que se es que si finalmente te aventuras a cruzar... las vistas al otro lado son fantásticas"
Grey's Anatomy
Estaba drogado con el aire frío. Deslizaba mi mano por entre las alas de la cortina de mi pieza. El cielo lloraba, rojo de pena. El silencio tenía al lugar totalmente absorbido. Pensé que el dolor se iría rapido, pero estaba ahí, sentado en mi pecho, riendose en mi cara. Los segundos quisieron ir más lentos.
No nos vimos en diez días. Sentí su evación y tan sólo preferi no presionarla. Era obvio lo que iba a pasar. Lo Obvio es Inevitable. Y llegó el día de su fiesta. Vestía un amoldado traje negro, su pelo rojo era liso y hermoso y su tierna sonrisa iluminaba todo el lugar. Yo estaba incomodo ahí. Sabía que algo iba a pasar. Estaba dentro de mi cabeza, golpeandome con alegocía y no me dejaba en paz. Pero había que seguir. Tenía que estar a su lado y apoyarla esa noche, aunque sus caricias ya no fueran las mismas.
Fue a eso de las 2 de la madrugada que a lo obvio se le ocurrió surgir de la peor forma y desde la peor fuente. No diré nombres, sólo relataré los hechos.
"Deberías ir a sacar a bailar a la Cami" sugirió.
Yo sabía como era ella. Le encanta envolverte en su juego y en lo más posible hacerte caer. Pero yo tengo un poco de eso, así que sabía que terreno estaba pisando.
"Estoy bajando música para la fiesta. Ya voy a ir donde ella" respondí tranquilo. No podía mostrar debilidad.
"Está aburrida, Omar. Yo creo que deberias ir a sacarla a bailar, ahora. Se está aburriendo" dijo, dejando suspendidas en el aire las últimas palabras.
La respiración de Isabella a mi lado sonaba agitada. La miré para tranquilizarla. Ella no se merecía nuestra rabia generada por su personalidad.
"Tranquila. Ya voy a ir"
"Pero es que cómo te quedas ahí"
"Por qué dices eso?"
"Porque hay algo que yo sé" lanzó.
Me quemó por completo los interiores. Y deduje que desinficar la voz, le permitiría a ella hablar más fuerte y llamar la atención. Se arruinaría la fiesta. Todos verían la discusión y todo se iría al demonio. Preferí sonreir y no caer en

"Me quieres dar un consejo?" le pregunté "Eso de llegar y de decir algo a medias no es bueno"
"No te quiero dar ningún consejo" dijo, cambiando la faz de su cara. No estaba consiguiendo lo que quería.
"Entonces?" le pregunté.
"No te conviene entrar en polemica conmigo, Omar" dijo y se fue.
Quise correr y no volver. Quise pararme y responderle. Obligarla a hablar. Pero para qué? Sabía que era lo que tenía que decir y Camila me lo diría al día proximo.
Comenzamos a jugar a que eramos pareja aún. Ella lo quería así. Yo hacía todo lo que ella quería. Sufría por dentro al no poder tenerla como quería, pero qué más daba. Estaba con ella y lo demás no importaba. Ella no quiso dejarme ir y yo no podía partir, guardando en alguna parte de mi alma la esperanza de que todo volviera a ser como era. Existía aún la esperanza de que encontraría el camino de vuelta a lo que le atrajo de mí y yo quería estar ahí para cuando ocurriera.