miércoles, 20 de octubre de 2010

Capítulo 76: Una Sonrisa

Es extraño. Es primera vez que te escribo a ti. Siento la necesidad desde hace un tiempo y creo que hoy es el momento preciso. Sé que quizás no seamos los únicos y tal vez no seamos la única existencia viviente. Sabes, a veces sueño con otros tipos de realidades, las cuales tú inventaste aburrido una tarde de bajo de un gran sauce lloron. A instantes te siento cercano, y hay segundos en que siento que me abandonas. Pero quién soy yo para saber cuales son tus negocios y tus prioridades. Quizás en tu mundo las peliculas sean mejores que en el mío y te pases más tiempo en el cine. Que sé yo. La cosa es que hoy te escribo por primera vez para darte las gracias por todo lo que has hecho, y para pedirte una cosa. Hoy te necesitan más que nunca muy cerca de aquí. Sé que tus planes son planes y que no puedo interferir en ellos, pero te aseguro que hoy te necesitan. Espero estés ahí, con ellos y conmigo acá.

"Feli" pensando en que le pasaría la película. "citaciones" y le entregaria el regalo.
Pero el 'citaciones' sonaba más largo que el 'feli'.
Me acordé que le tenía que pinchar. La luna se guardaba celosa de las estrellas entre una sospechosa bruma nocturna. El rededor se hayaba sumido en un denso silencio, y del frío nadie supo nada. Perfecta noche para caminar y reafirmar que nada le faltaba. La pigmentación brillante del cielo que encontraba a año luz de distancia. Era, raramente, una noche sin estrellas, y pillar una en el cielo era algo alucinante.
"Congratulations" pensé.
Nooo. Tenía que decirselo en castellano chileno. Pero el regalo y la pelicula que no me tinca se la quería dar con la fuckin palabra partida en dos.
"Felici" y le paso el dvd "Taciones" y el regalo. ¡Eso! Si. Era perfecto. Eres un maldito genio. Qué haces en DUOC. Deberias estar en Harward, si es que se escribe así.
Era el día después de la vez que hablamos y ajustamos algunas manecillas del reloj. La pieza de sus padres despedía una timida luz azul y en el living se podía percibir la presencia de las lamparas que franquean al sillon principal. Toqué y me de volví unos metros. Me posicioné de tal forma que mi mano izquierda no pudiera ser captada por el ángulo de su campo de visión. Abrió la puerta. Su pelo no era el de siempre. Me atrapó con un beso y me abrasó. Me abrasó queriendo decir algo. Estaba contenta por su logro. Su alma se oía tranquila. Y no pude decir ninguna güeá.
"Toma" le dije y le pasé la película y el regalo.
Se sorprendió. Sonrió. Esa maldita sonrisa que me derrota. Que me mata, como dijo Jack. Y me abrasó otra vez. Es todo lo que necesito.
Quizás se emocionó. No pude ver bien porque estaba oscuro. Pero su alma se oía tranquila.