jueves, 14 de octubre de 2010

Capítulo 75: Como una Puesta de Sol

"¡Pero él debería haberme dado otra respuesta!""Valla al módulo CMR" le dijo ella.
"Si está bien, pero debería haberme contestado otra güeá"
La grosería la descolocó. Cristian notó que la discusión subía de tono y que las cosas podrían pasar a mayores. Yo me preparé para detener al tipo, que de un cliente exasperado se estaba convirtiendo en un tipo grosero.
"Él no le ha faltado el respeto" contestó.
"¡Y yo tampoco!"
"Si, le dijo una grosería" le recordó ella.
"Qué grosería?" le preguntó él, acercandose amenazante.
Juré que tendriamos que detenerlo. Habrían muchos gritos. Tal vez algunos golpes y rasguños de su acompañante.
"No la voy a repetir" contestó inteligentemente.
"Bueno, yo digo la güeá que quiero aquí" dijo el flaite. Sin lugar a dudas era un poblacional.
Sin embargo, tras su rapida respuesta, se detuvo dudativo. La agilidad en las respuestas de la supervisora lo desestabilizaron por completo.
"Vaaaaamonos" le dijo su acompañante, aparentemente acostumbrada a las escenas de hombría del individuo.
"¡Por eso, valla al módulo CMR y ahí haga las consultas!" prosiguió la supervisora, inamovible en su postura. Sabía cómo manejar la situación, pero nada podría detener el inminente ataque del exasperado cliente.
"Y qué me vení a gritar vo?" lanzó el delincuente. Yo ya lo veía saltando la caja y enterrando su puño en la cara de la supervisora. "Vo no sabí quién soy yo" dijo amenazante.
"No me interesa tampoco" atacó ella.
El piante no pudo seguir. Media vuelta y se fue.
Cristian y yo nos quedamos en silencio. La supervisora, como si hubiera dialogado con cualquier cliente, continuó en lo que estaba.


Quiero lo que tengo porque es lo que deseo. Se acabó lo vacío y vano. Lenta se quema la hierba, y se puede sentir el olor impregnandose en el aire. No hay nada mejor que sentirla abrazada a mi dorso preguntando en qué momento le echaron bencina a la moto. Otras sólo querrían matar el tiempo sepultados en la oscuridad. Ella prefiere sentir de a poco las cosas, y yo me doy cuenta que es así como lo quiero. Así como la muerte lenta de una puesta de sol.