Cuando se comienza algo, nunca imaginas que durante el tiempo que recorres el camino desde la partida sucederan cosas que cambian para mejor o peor las situaciones dentro de ese proyecto. Recuerdo cuando Monica me entrevistó para ocupar un puesto de cajero partime. Es imposible que en el momento en donde se relata por qué quieres ocupar el cargo, se sepa que un año más tarde ella y yo ibamos a tener una fuerte discusión en el subtarraneo debido a lo que me ocultó. Tampoco podía imaginar que su mejor amiga sería mi futura jefa. Menos que quizá iba a ocupar un cargo de su mismo nivel.
El miercoles pasado Joselyn me pidió cubrir el día miercoles. Tenía que realizar el papeleo para reveservar su nueva casa. Adivinen dónde. En el conjunto de condominios Lomas de Eyzaguirre. Una llamada por parte de la caja de compensación la invitó a tener en cuenta una opción más para poder elegir dónde compraría su nuevo hogar. Cuando entraron a la casa piloto, el mismo modelo en donde yo vivo, quedaron totalmente estupefactos y se sintieron comodos y acogidos por esas cientos de toneladas de concreto y fierro. La decisión la tomaron al instante. El cambio de casa fue fechado para Octubre, cuando hiciera un poco más de calor.
Hoy pasé antes de ir por Simón a preguntarle la hora de entrada del día sábado.
"Entro a las 3 ¿Cierto?"
"A las dos y media" me dijo.
"Bueno"
"Te llamé con la mente" me dijo de repente.
¿Con la mente? Quería hablar algo conmigo. Se volvio algo grave o quizás importante cuando me hizo subir a la oficina. Sinceramente me asusté al pensar que me había mandado un condoro de proporciones y que don Luis quería mi cabeza sobre su escritorio.
"¿Qué hice ahora?" le pregunté entre risas y lamentos.
"Puras cagaás po' Omar. Todos ustedes me tienen chata" dijo mientras subía las escaleras, pero al instante rió.
No entiendo por qué su sonriza pareció ser una inyección de una droga demasiado relajante.
"Entonces..."
"Pasa y sientate" me dijo con una templaza que nunca había visto en sus ojos.
Ahora el miedo provenía desde otras opciones generadas por mi imaginación. Sin lugar a dudas tenía una noticia en su garganta y no habría podido aguantarse hasta el sábado.
"Omar, me voy a Contraloria" dijo sin anestesia.
En la oficina, por unos segundos, sólo se escucharon los procesadores los switchs girando a altas velocidades.
Joselyn es algo más que la amiga de Monica... es algo más que mi jefa. Fue un apoyo en los momentos en que no los tenía, y su experiencia frente a la vida me sirvió en demasía cuando alguna vez me quise rendir. Me vio sonreir y caer... y tambien vio levantarme otra vez. Fue quince mil horas de sermones y catedras de consejos para que ni siquiera pensara en dejarla. Porque sí, en algún momento pensé en partir de Tottus, pero ella me hizo ver el por qué no podría irme.
Su partida al departamento de Contraloria arrastraba muchas cosas, cosas que me incluían tambien.
"¿Por qué?" le pregunté con una neutralidad seca en mi voz.
"Porque llevo cinco años en informática. Quiero hacer otras cosas. Y además el tema de las lucas" dijo "Asi que vas a tener que trabajar en la semana si es que todo sale bien" dijo dejando un hilo de suspenso.
"Pero si eso era obvio. Carmen a fin de años se va con prenatal y voy a tener que subir a treinta horas para cubrir su ausencia" le dije.
"Es que no vas a subir a partime de treinta horas. Lo más posible, Omar, es que quedes como encargado" dijo.
No pude decir nada. Nunca, en los diez meses que llevo como asistente de fin de semana, nunca había pensando en ocupar el cargo de Joselyn. El departamento bajo su gobernación se mueve demasiado bien. Nadie nos cuestiona, es más, hasta nos respetan por lo que hacemos. Y no se necesita de una constante supervisión externa para que hagamos nuestro trabajo. Su partida, si se llega a concretar, significaría un evento casi cataclismico en la empresa. Todos la identifican como la jefa de informática. Verla en otro papel será o sería muy complicado.
"Lo hablé con don Luis. Él igual teme de que yo me valla de la oficina. Nos calificaron muy bien en la semana por parte de la central y tiene miedo de que las cosas funcionen mal si me voy" dijo.
Me lo esperaba. Don Luis confía demasiado en la labor de mi jefa, por lo mismo se despreocupa del departamento de sistema. Entiendo su temor a que nosotros nos volvamos otra carga.
"A demás, Omar, tú has estado frente a dos grandes crisis a nivel informático aquí en el super. Por experiencia y contingenica tení' el cuero para ocupar el cargo. Tambien tienes conocimiento. Sólo tendrías que aprender del ritmo que se lleva en la semana, que es garrafalmente diferente al de fin de semana. Y yo te enseñaré todo lo que sé"
Wow! Los secretos del sistema. El por qué del orden y el exito de la solución de problemas cuando ocurre algo. La idea me abordaba por completo, pero quise ser cauteloso. Joselyn seguía siendo la jefa de informática.
"Bueno. Hay que ver qué pasa" dije.
"Si. Pero el traslado es seguro. Así que empieza a hacerte la idea de que serás jefe"
El otro día con Camila hablamos de los sueños y las pesadillas. Peliroja tiene la capacidad de acordarse de todas las cosas que sueña con una detallismo extraordinario. Cuando terminó de relatarme sus tres pesadillas, caché que yo no tenía el recuerdo de ninguna.
"¿Tampoco uno que hayas tenido muchas veces?"
Me quedó sólo negar con la cabeza.
Me asomé por la ventana de mi pieza. El panórama es un terreno que se extiende hasta el río Maipo. Hay mucha vegetación y está extrañamente oscuro. Había un gran fuego cerca de la casa, como si hubieran formado una fogata con muchos palos y ramas. Una llama roja y naranja se agitaba con violencia en la base y una cola de humo gruesa y oscura se elevaba como una gran pitón hacia el cielo. Personas se acercan y luego escapan. No sé por qué escapan y eso me angustia. Trato de gritar pidiendo información, pero la voz no me sale o ellos no me escuchan. El fuego se apaga de repente y todos se dispersan por el terreno, ocupando todos los rincones, con linternas, buscando algo. No sé qué buscan y más me desespero.
"¿Qué pasa?" pregunta mi papá.
"Cayó un ser rojo desde el cielo" le contesta una vecina "Hay muchos secrestos aquí. Nunca deberían haber venido"
Trato de buscar al ser rojo, pero ni los vecinos ni yo lo podemos encontrar. Me abordó la sensación de que ya estaba entre nosotros.
Desperté un poco agitado. Me contentó sentir que recordaba con detalles la pesadilla, pero la angustia de no saber bien qué era ese ser rojo aún me apretaba el pecho. Fue cuando escuché la percusión de una escopeta en el terreno que está entre el condiminio vecino y el río. Sí, el terreno existe y alguien disparaba. Se escuchó un nuevo disparo y el sonido retumbo en todo el rededor. Busqué no mezclar la agitación de mi subinconciente con la realidad. Era obvio que alguien cazaba conejos a esas horas de la madrugada, ya que los guardias que cuidaban el terreno habían sido retirados hace un mes. Imposible era que alguien quería cazar al ser rojo.