martes, 16 de marzo de 2010

Capítulo 46: Para allá y para acá

He pensado y he llegado a la conclusión que si por miedo a enfrentarte a esto nuevo y desconocido me quitaste "eso", yo de a poco te puedo ir quitando "esto" que tanto te encanta. Y no tendrías cara para pedir que te dé de "esto", porque tú ya no me das de "eso". Entonces pasará el tiempo y te darás cuenta que extrañas mucho "esto" y días más tardes querrás de "eso", entonces tal vez llegues a pedir de "eso" y "esto".
Tardes Negras.

Llegúe y le pregunté al guardia:
"Vengo a entregar el pase provisorio y a pedir el mío"
"En esa fila" me índico.
"Gracias"
Quizás hacían unos treinta grados a la sombra.
Algunos de los integrantes de la cola venían desde Iquique a validar su pase escolar para el transporte público, y yo ya estaba medio chato después del tramite de la matrícula en el DUOC. Cuando llegué a la ventana me atendió una mujer de unos treinta y tantos, sonriente y calida, con su rostro lleno de pecas y un amarrado pelo castaño.
"Hola. Le cuento. El año pasado se me perdió el pase y al pedirlo me dieron uno provisorio. Ese falló a la semana y me pasaron otro. Entonces me dijeron que cuando éste caducara, viniera a pedir aquí el mío"
"Su carnet, por favor"
Cuando te dicen eso, quedas con la extraña sensación de que no escucharon nada de la preparada explicación. Abrí mi billetera y le pasé el carnet con mi foto de quince años. Es un asco. Frunciendo un poco el seño, como queriendo entender todo lo que veía en la pantalla del computador, la señorita comenzó a ingresar mis datos para terminar con el tramite.
"¿Tú no hiciste el tramite acá?" me preguntó
Te dije que aquí no hice la petición, si no que vine a pedir el repuesto al pase provisorio malo.
"No, lo hice al frente"
"Entonces tienes que ir allá a buscar tu pase"
No dije nada. Sólo le sonreí sinicamente y le recibí mi carnet. Crucé Eliodoro Yañez hasta la otra oficina de distribución de la tarjeta nacional estudiantil, en donde jovenes se agrupaban en dos filas, comandados por un señor de camisa y pantalón ajustado.
"Hola, vengo a de volver mi..."
"En esa fila, por favor"
"Gracias"
El tipo, que las hacia de guardia, informante y sabelo todo, hacia pasar de a cinco personas por fila. Hizo primero pasar a la otra fila, en donde los jovenes venían recién a hacer el tramite para sacar el nuevo pase escolar, y luego nos hizo pasar a nosotros. Unos veinte minutos en la fila y la señora del módulo número diez me hace pasar.
"Hola. Vengo a buscar mi pase"
"Su pase provisorio y su carnet" me dijo estirando su mano enjollada en dos anillos.
Y la misma canción. Miró mi carnet e ingresó el rut, y nuevamente la frunción de cejas ¿Qué mierda pasaba ahora?
"Este pase no es tuyo"
"Lo que pasa es que el provisorio que me dieron por el que vine a sacar falló y me pasaron ese" le expliqué con una paciencia forzada.
"Lo que pasa es que éste está a nombre de otra persona" dijo.
Ahí fuí yo el que arqueó las cejas ¿Otra persona? Ahora eran ellos los que tenían el enredo administrativo, pero mejor quise esperar. No me servía de nada ponerme a cuestionar su administración, si ella nuevamente se volcó sobre su computador para tratar de resolver el problema.
"Esperame un poquito" me dijo y se levantó de la silla en dirección a donde no sé chucha.
Estuve ahí, observando como los jiles que estaban veinte puestos más atrás en la fila llegaban y se llevababan en menos de dos minutos su pase. Se demoró alrededor de cinco minutos en volver.
"Espera ahí, debajo del reloj, y va a venir mi jefa a atenderte" me dijo.
Supuse que su jefa se había quedado con mi carnet y con el sospechoso pase provisorio, perteneciente quizás de quién, porque la señora no me entregó nada. Estuve unos siete minutos mirando videos musicales desde un plasma clavado en una esquina de la sala, hasta que llegó la estupenda jefa. Una mujer de unos veintinueve años, rubia, de tes blanca y una considerable estatura me atendió toda sonriente.
"Omar, tienes que ir a pedir el pase que nosotros te dimos al frente (oficina donde habia estado hace unos minutos), traerlo y nosotros te damos el tuyo" me dijo.
"Ya ¿Tengo que hacer la fila otra vez?" le pregunté neutro. A ella ni loco le habría levantado la voz.
"No, pasas directo al módulo en donde te atendieron. Acompañame para pasarte un papel" me dijo.
La seguí por un pasillo aledaño hasta una oficina. A una secretaria le pidió un pequeño papel, más pequeño que el tamaño del carnet y escribió en él su nombre y la fecha de hoy. Era un papel que me salvaba de hacer nueeeeeevamente la fila y llegar directo a retirar mi pase. Crucé nueeeevamente Eliodoro Yañez y llegué hasta donde la señorita que me atendió al principio de esta tortuosa historia.
"Hola, me mandaron otra vez para acá" le dije ya un poco serio y con la voz gruesa "Me dijeron que tenía que retirar aquí el pase que ellos me pasaron, yo devolver éste y así me pasaran el mío"
"Pase a los módulos entonces"
Estoy seguro que esta noche, si no hablo con Yessenia, tendré pesadillas con los módulos.
Me dirigí hasta el asiento de un escritorio en donde una joven me esperaba. Le explique toda la pelicula y al final se paró y se dirigió a otro lobulo. Unos minutos de extasis rabica más y creí que iba a estallar. La loquilla llegó y me pasó el pase provisorio malo.
"Con éste vas al frente y pides el tuyo"
"Gracias" le dije.
Sentía que se acercaba el final.
Crucé por tercera vez la puta y maldita calle. Ahora habían más güeones afuera, y filas más largas, pero yo llegué y le mostré el papelito con el nombre de la jefa y me dejó pasar.
Cuando salí, no dudé en ir a ese local de completos que siempre veíamos con los chiquillos. Quise saber que tal era la mano de las cocineras así que pasé a comprarme un italiano. Era tan grande como las ganas de tener una usi semiautomatica con balas infinitas para dar de muerte a unas cuantas secretarias.

Y cuando voy a cambiar el estado de relación es facebook, no se cayó internet, no se pegó el computador, no hubo una llamada intermediaria, tan sólo se produjo el apagón nacional del 14 de Marzo.