Soñé que estábamos en la playa, o al menos eso me quería decir el cielo. Estábamos bien abrigados y por lo nebuloso de mis recuerdos, creo que la invitaba a algo, no sé a qué, pero era algo. Rió con aquella sonrisa tierna y misteriosa, con esos ojos que aún no sé leer, y acercándose peligrosa me dice
"Convenceme"
¿De qué te convenzo? ¿De qué si empezamos algo voy a ser el hombre que siempre he querido ser? ¿Qué si te equivocas, mi orgullo terminará con todo? ¿De que soy capaz de hacerte feliz? ¿De qué ya peleé la batalla y la gané en muy poco tiempo?
Salí corriendo tras ella, viendo como se alejaba y a veces se acercaba. Hasta que la envolví en mis brazos, la giré y la besé sin pedirle permiso.
Cuando me encontré sentado y sudado en mi cama desarmada, un amargo sabor me ahogaba los labios. Y no era por la imaginaria sensación de por fin haberle tocado los labios, era el sólo hecho de saber y aceptar que aún no puedo asumir lo que pasó.
Fue el jueves 17, en el casino de la pega cuando una pequeña luz se coló entre nuestras vidas. En compañía de Monica, mi amiga y jefa de cajas, Josely, mi jefa directa, Paulina, una supervisora de cajas, José, el subadministrador de perecibles y ella, que me encontraba almorzando una caliente y sabrosa casuela. Fue en aquella tarde que el destino, o sea lo que sea, quiso que nuestros pies chocaran y todos hicieran alución a una supuesta relación.
"¿Pero que te gusta de él?" le preguntaba Joselyn riendo a destajo, como a ella le gusta "Es un hombre lindo, está estudiando ¿Tienes auto?"
"No, pero pienso comprarme uno" respondí uniendome al momento de burlas.
"¡Viste!" le dice a Yesenia "Y quizás tiene pensando comprarse una casa en la playa"
Y así se fueron todos encima de nosotros, llegando incluso a obligarnos a tomarnos de la mano. Sí, fue algo demasiado vergonsozo y pendejo para la edad que tienen todos (rodean los cuarenta), pero sirvió para hacerme una pregunta: ¿Por qué Yesenia no se defendió?
"Tienes razón" me dijo Joselyn el sábado 19, mientras trabajamos en la oficina de informática.
¿Por qué la duda? Retrocedamos un poco. Yesenia es supervisora de cajas en Tottus. Se caracteriza por su caracter al momento de trabajar, actitud que no es menor bajo el cargo en donde se encuentra ubicada. Aún así, los minutos que conversaba con ella, siempre lograba sacarle sonrisas, y ahí comenzó un lazo de relación laboral diferente a los demás.
"Ella tiene veintitrés, no está pololeando, no tiene hijos" la promocionaba Joselyn "Y lo mejor de todo es que..." Hay cosas que es mejor omitir.
Una candidata espectacular. Compartimos un cargo parecido, sólo que en diferentes departamentos, vivimos cerca, me gusta su físico, congeniamos mucho y miles de cosas que aparecen cada vez que nos relacionamos más y más. Pero... pero qué hay de cierto en que sienta mi misma confusión. No sé. Sin embargo, hay gestos y miradas que me dicen que sí puede haber algo.
"¡Tienes razón!" me seguía diciendo mi jefa "Ella es buena pal leceo, y esa tarde no se defendió"
Siendo así, ella es quizás ese algo que esperaba, pero... pero no me puedo sacar de la cabeza la conversación que se convirtió en objetivo, y he de ahí este amargo sabor que me produce nauceas y no me deja dormir.
Tengo y debo con urgencia, y a la vez con temple, iniciar aquella batalla. Nada ni nadie sobre la faz del planeta se merece la replica de una mezcla de recuerdos y sensaciones que aún arden en mi piel. Sí, tengo que dar el siguiente paso. Y es increible sentir como aquella droga que por las noches era genial para escuchar un rato música, ahora se trasnforma en una muralla indestructible e incomoda. Cómo pasó de ser algo que me dejaba soñar con los deseos que no se van a cumplir a una pesadilla que no me deja seguir. Con todo lo que me ha pasado ya entiendo y sé que lo único que quiero es dejar todo atrás, asumir como me dijo Mary y empezar otra etapa de mi vida. Debo aceptar que ya las cosas no resultaron por uno y otro motivo, que nada nos une y que las cosas ya no pueden ser cambiadas. Tengo que empezar a vivir ese sufrimiento de las equivocaciones y todo lo que conlleve consigo. Siento que ya ha pasado el tiempo y que he logrado mucho, pero no es suficiente como para empezar otra relación.
Sin embargo, aún sabiendo todo lo que tengo que hacer, me cuesta. Todo fue tan espectacular y maravilloso, que está demasiado impregnado en mí y no me lo puedo quitar. No puedo tocar aquel punto que derrumbe todo, aquel punto que me haga asumir y continuar. Es tán difícil poder quebrar la capsula que yo mismo cree y dejar todo salir, que en estos momentos está formando en mi un batallón de desesperación e irritabilidad.
Que ganas de no tener cuidado, pero Yesenia es una mujer tan espectacular que sé que no se merece los restos de una relación que tuvo fuerzas para ser, pero después de tanto luchar, no pudo lograr nada. Que ganas de no tener cuidado y darme la oportunidad de seguir y dejar todo atrás.