Mary, estoy super bien. Te llamé el otro día a tu casa y no contestó nadie. Mi móvil de la pega ya casi no toma celular. Estoy tapao en pega si, con decirte que estoy yendo en la semana ahora, por la güea de fiestas patrias. Espero podamos hablar. Te extraño mucho. Te amo.
Sus labios se sintieron como el dulce encuentro de aquella noche que nos bajamos apurados y apasionados. No sé por qué y tampoco sé si lo recordará, pero durante dos segundos me tomó dos dedos da la mano derecha, logrando decirme con tal pequeño gesto que los días se hacían eternos o que tal vez no se quería ir.
Ojalá supiera que verla esos minutos fue un momento normal demasiado genial entre medio de días tan ajetreados como estos.