viernes, 1 de mayo de 2009

Hasta Donde Nadie Nunca Llegó



Después de mentirle a su madre, se embarcó rumbo al oeste de la ciudad, cruzando la autopista fantasma, donde a veces se pueden ver vehiculos perdidos en el tiempo. Se bajó entremedio de la bruma caladora, la cual impedía ver más allá de los dos metros de la vista. Se divirtió un rato en el cumpleaños de un luchador sin causa y luego subió hasta el segundo piso, a la pieza de la Rusa. La atestada sala repartía hilos de cocaína por doquier, invitandolo a inyectarse con unas de las jeringas botadas en el suelo "¿Qué saldría mal al pobrar un poco?" Pero sólo un poco se convirtió en exceso, y el exceso en la perdición. Pero qué importaba la vida, la pega y los estudios, si ya nada puede tener sentido en un lugar así. "Okey, tan sólo un poco de esto y mañana vuelvo a mi vida normal" Se olvidó un poco de ella, de que le habían dicho que estaba con otro y se tomó un baso de Coca-Cola. ¡Pucha, que le encanta la Coca-Cola!